Vivimos en un país sumido culturalmente en el racismo y la xenofobia, desde el miedo generalizado a los gitanos, a los marroquíes, o a los rumanos que nos enseñan desde chiquititos casi sin quererlo, hasta los invernaderos de fresa en Huelva. Incluso por defecto de fábrica a veces nos salen frases a relucir como "Si es que los argentinos son todos unos vendemotos" o "Los italianos unos babosos"...
La lucha contra este tipo de prejuicios es un trabajo constante de a diario, sobre todo consistente en sacar a relucir nuestra cara mas humanista en el momento de entablar relaciones interactivas con la gente.
Sin embargo sucesos como el acontecido en el tren de cercanías de Cornellá a la joven ecuatoriana, o el desalojo indiscrimado a las familias marroquíes de La Cañada Real en Madrid nos muestran una cara aun mas despreciable de la palabra RACISMO. Realidades cotidianas que no hacen mas que cargar el vaso de intolerancia que se llena en cada frente.
A tod@s las víctimas de esta lacra social va dedicado este dibujo y toda mi amistad... Y a todos eso racistas una buena patada en las costillas.
Si señor, muy bien dicho, esta es una lucha del dia a dia, del barrio, del autobus y del rellano de la escalera. Ahi es donde cada uno demuestra de que madera está hecho.
ResponderEliminarPd: No sabía que en la cañada Galiana hubiera habido racismo, es decir, creia que habían expulsado y apaleado sin distinción de raza, genero o condición.
Pues ke-bab, basicamente eran familias marroquis las afectadas de los primeros desalojos. Es k van a afrontar el problema por etnias, o eso parece.
ResponderEliminarAhhhh, que gran muestra de inteligencia de nuestros proceres. Aunque, con Espe y Gallordin, no me extraña. Que asco de blancos!!!
ResponderEliminarPd: por desgracia, los demas colores también suelen caer en el racismo, que estupidez de ser humano.