No rotundo a ninguno de los 713 despidos en Roca
Vaya donde vaya siempre hay algo de lo que merece la pena hablar flotando en el entorno, y que los medios de comunicación suelen tratar de mantener aparte, falsear o directamente omitir.
Mi reciente traslado a Gavá viene acompañado de las duras protestas de los trabajadores de las fábricas de la familia Roca, que se suma al carro de los E.R.E. (ere que ere), dejando sin trabajo a 713 trabajadores en las diversas factorías del país.
713 afectados, a los que hay que sumar los problemas que esto provoca a numerosas familias, muchas de ellas sin otro tipo de fuente de ingresos y con varios afectados dentro del entorno familiar.
Mi reciente traslado a Gavá viene acompañado de las duras protestas de los trabajadores de las fábricas de la familia Roca, que se suma al carro de los E.R.E. (ere que ere), dejando sin trabajo a 713 trabajadores en las diversas factorías del país.
713 afectados, a los que hay que sumar los problemas que esto provoca a numerosas familias, muchas de ellas sin otro tipo de fuente de ingresos y con varios afectados dentro del entorno familiar.
Aquí en Gavá (y Viladecans), la población se ha concienciado con el problema y hasta el ayuntamiento y la iglesia se han posicionado a favor de los trabajadores, dado el nivel de afectación que esto va a suponer a sus poblaciones.
Las manifestaciones están siendo muy concurridas y moviditas, y por mucho que la familia Roca y los medios de in-comunicación traten de ocultarlo, el pasado 16, de Octubre mas de 700 personas salieron a recorrer las calles de Gavá para mostrar su NO mas rotundo a los despidos que plantea Roca, una fuerte empresa muy estructurada y podrida en dinero, que jamás ha invertido en la localidad donde alberga a sus currantes. Ahora plantea el despido (sin la recolocación de su plantilla), y todo en beneficio de engordar las arcas de la rica familia Roca.
Mostrar todo mi apoyo a los 713 trabajadores, espero que la lucha obrera de todo el mundo tienda mas que nunca a unificarse en estos tiempos tan grises. Ya que el problema no lo tienen solo el personal de estas factorías, sino toda la clase trabajadora, que día a día vemos como nuestro porvenir pende siempre de un frágil hilo.
Que un dios nos coja confesados.